lunes, 8 de abril de 2013

Un viaje comienza

“La última luna de Achinech” es, ante todo, un relato de pasiones entremezcladas de unos personajes sencillos que se ven, de pronto, como ocurre en la vida misma, sumergidos en unos acontecimientos emocionales que les sobrepasan. La cotidiana complicación de la existencia se ve agravada por la situación convulsa que les toca sufrir –la agresión externa a su modo de vida y entorno, el secuestro de la esclavitud, muertes prematuras, la sombra inquietante que provoca una guerra presente siempre a la vuelta de la espalda-. Una historia que narra la andadura de un joven aprendiz de curandero, acuciado por la manifestación en él de unos dones sobrenaturales que intenta comprender y que no puede dominar, contemplada desde el albor de su agonía en el todo o nada de un pueblo a la suerte de la batalla final; su despertar al amor, a las complicidades de la amistad, las contradicciones en torno a sus creencias más íntimas, la aceptación de la violencia y la lucha para un “sanador” que pretende vivir en paz.

Al mismo tiempo, en el envés de la novela, se recomponen los aspectos interesantes de una sociedad apaleada por la sinrazón de las conquistas, en un vapuleo hasta el olvido por los brazos que ganan las peleas; y por ello, saldando una deuda vieja y sangrante con los antiguos moradores de Canarias, antepasados o no, de la tierra que se quiere y en la que se ama; se sugiere reflejarse en esos otros ojos: “como en el ahemen que vierte la lluvia en el lecho rocoso de un barranco”, y enseñar: sus ritos y ceremonias ancestrales, costumbres, juegos, religión y origen del mundo, leyes, alguna leyenda, modos de subsistencia, cantos y su baile, un carácter admirable y un sinfín de grandes detalles que se han ido derramando con el tiempo.

2 comentarios:

  1. Parece muy interesante... Me gusta!!

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  2. Hola Fernando, el viaje comenzó hace tiempo, pero ahora lo compartes. Me alegro mucho, como siempre te deseo lo mejor.

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