sábado, 20 de abril de 2013

El impulso de caminar...



El impulso de caminar…

Es muy posible que “La última luna de Achinech” estuviera
revoloteando dentro de mi cabeza desde hacía largo tiempo.



¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿hacia qué lugar vamos?; les suena ¿verdad? 

Éstas, u otras preguntas similares, son las que nos hacemos, de vez en cuando menos mal, para intentar ubicarnos y dar más sentido del que ya tiene la vida. “La vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes –John Lennon”. ¡Cuánta verdad y qué desperdicio!

Al indagarnos por nuestros orígenes tendemos, o a mí me pasa, a tirar de la madeja de los ancestros. Y claro, como es natural, casi todos nos quedamos como mucho en un: pero… ¿cómo dices qué se llamaba el tatarabuelo? Y las raíces se entierran, se acaban escondiendo…, nos quedamos, por emplear una expresión canaria, “en el aire”.
Como en el aire, un ratito, no se está en ningún otro sitio. Pero, al menos a mí, me gusta poner los pies en el suelo… y volvemos a la tierra, siempre a la tierra. A los ascendientes, los motivos, el principio y los destinos.


“(…) saldando una deuda vieja y sangrante con los antiguos moradores de Canarias, antepasados o no, de la tierra que se quiere y en la que se ama –Fernando Marrero”. ¡No, no puedo ni quiero ponerme a la altura de mi admirado creador de “Imagine”. Simplemente, iré mostrando trocitos (fisquitos) de lo que está escrito en la obra que les estoy presentando. Puede que pagar esa deuda sentimental sea la causa primera de echar a andar. 

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